Bienvenida a mi "humilde" hogar (KATERINA IVANOV)

Estaba aburrido en casa y aprovechando que estaba casi desierta, solo estaba Zarah, que justamente ese dia no se le había pegado la gana de salir, pero como ella vive en su mundo no era problema para divertirse un rato.
Tome su celular y marco un número que ya reconocía de memoria. Era el número telefónico de una de sus “amigas” más frecuentes y sinceramente una de sus favoritas, pues aparte de ser muy bella e inteligente, su personalidad misteriosa le había cautivado desde el principio, aunque eso era algo que jamás reconocería.
Al colgar el teléfono, salió casi corriendo hacia la ducha y tomo un baño de agua bien fría. Se vistió con ropa cómoda y encendió la televisión.
Bajo a la cocina con cautela, procurando no hacer ruido y llamar la atención de su hermana, o se le estropearían sus planes. Abrió el refrigerador y saco unas fresas, crema batida, una botella de vino y dos copas. Se las arreglo para llevar todo y subió las escaleras de dos en dos, al llegar a su habitación dejo todo allí y se sentó a ver la televisión nuevamente.
En cuanto sonó el timbre bajo las escaleras con aquel caminar pausado y despreocupado que le caracterizaba. Y allí encontró a su acompañante, Kat.

-Bienvenida Katerina-dije con expresión fría pero seductora haciendo a un lado para que entrara.

Coloco su mano en la cintura de la chica, casi automáticamente al tenerla tan cerca y recibir ese fugaz beso, tal vez por puro impulso o un movimiento ya aprendido. Una sonrisa torcida se dibujo en su rostro.
Cerró la puerta, luego de que ella entrara. Y se apoyo ligeramente en la puerta en la puerta, mirando al piso y sonriendo, pensando que en el piso superior estaba su hermana y lo que menos quería era que se pusiera fastidiosa y a hacer un escándalo.
-Con toda sinceridad, si-respondió con el rostro un poco inclinado, la cabeza pegada a la puerta y los ojos cerrados- Me aburría demasiado, aquí solo.-dijo aun con los ojos cerrados, pues a pesar de no estar solo, estar con Zarah solo le divertía cuando discutían por tonterías.
Abrió los ojos y camino hacia su acompañante, la tomo de la mano y la hizo dar un leve giro para admirar mejor su vestuario. Levanto una ceja divertido al ver su coqueto y sexy atuendo, lástima que la ropa le duraría poco en su santo lugar.

Se coloco detrás de la chica y la abrazo ligeramente por la cintura. Casi que escondió su rostro entre el cabello de la chica, deleitándose, con aquel delicioso olor natural que provenía de la mismísima Kat.
Aparto un poco el cabello de la chica la dejarle el camino libre hasta su oído- ¿Como estas? Aparte de muy bella-pregunto en un susurro en el oído de la chica, mientras apretaba más el agarre a su cintura.
Luego la giro y la dejo frente a él, mientras observaba sus ojos. Y por más absurdo que fuera, podría asegurar, que esos ojos oscuros jamás le habían demostrado nada sincero desde que la conoció, una especie de coraza alejaba cualquier emoción sincera de los ojos de Kat.

Aun la tomaba de la cintura pero ahora la pegaba a él con más fuerza, poco a poco fue besando su cuello y se detuvo muy cerca de su boca más no le dio un beso, solo le acomodo el cabello y se alejo poco a poco, se sentó en el brazo del sofá y la miro con sus ojos siempre fríos, pero una sonrisa picara y traviesa.

Reí bajo ante el roce de su dedo en mis labios, aun seguía con los ojos cerrados y esa sonrisa torcida estaba aun en mi rostro. Su mano era bastante cálida y suave, al igual que el resto de su piel.

-Espero que eso sea una promesa- le dije aun con los ojos cerrados pero al sentir el sonido de sus tacones resonar en el piso, abrí los ojos casi de golpe y la tome de la mano haciendo la pequeña broma, a la que ella respondió con una risa, pero esta vez era distinto. Me atrevería a decir que muy pocas veces la había visto reír de esa forma, sin mascaras y sin nada que ocultar, bajando un poco la guardia y confiando más en sus instintos.

La mire desde diferentes ángulos observando sus poses y para apreciar mejor el vestido – Si me gusta y mucho, aunque está mucho mejor la que lo lleva puesto y habrá que quitárselo pronto-comente guiñándole un ojo, pocos segundos antes de situarme a sus espaldas y darle un leve abrazo y luego preguntarle cual era su estado actual. Al ver que se tardaba mucho en responder la gire para que quedara frente a mí, con el ceño algo fruncido, pues si no me había respondido era porque dudaba que iba a decir. Esperaba encontrar la respuesta en sus ojos oscuros, fríos e impenetrables, aunque fue en vano, púes lo único que logre fue perderme en la inmensidad de aquellos ojos oscuros.
Ese “Excelente” no sonó muy convincente y menos para una persona como yo, que tantas veces que había dicho aquello, ya reconocía el tono de cuando se decía de la boca para afuera o porque así era.

-Ummm…hare como que te creo-susurre muy cerca de su rostro pero sin llegar a rosarla ni siquiera con los labios, colocando mi mano en su mejilla para que no desviara la mirada o simplemente se apartara.
Luego empecé a besar lentamente su cuello y cuando me acerque a su boca para dar la idea de que la besaría me aparte y me senté en el brazo del sofá. Ella no se movió por unos segundos, pero luego dejo su pequeña bolsa en una silla y se sitio nuevamente frente a mí.

Ella puso sus manos sobre mis hombros y acerco su boca a la mía sin besarme, yo solo le sigue el juego. Cuando me empujo hacia el sofá reí de una forma que ni yo recordaba haber usado antes, solo cuando era más pequeño y discutía en broma con mis hermanos. En cuanto caí en el sofá, me acomode de forma para quedar un poco recostado del otro brazo del sofá.
Cuando se quito los tacones una sonrisa traviesa se dibujo en mi rostro. En cuanto se sentó sobre mí de aquella manera, le subí un poco el vestido hasta los muslos pues supuse que era incomodo para ella estar en aquella posición con vestido, la acomode un poco de forma en que los dos estuviéramos cómodos, pues mi idea era quedarme allí un buen rato.
Ella se inclino hacia mi rostro dando besos y mordiscos a diestra y siniestra por mi cuello, yo coloque una de mis manos en lo más bajo de su espalda y la otra en uno de sus brazos mientras acariciaba su piel con las puntas de los dedos.
-No te puedes imaginas cuanto-comente mientras ella rozaba sus labios con los míos podía sentir su respiración y eso me excitaba aun mas. Un beso corto y dulce, a lo que yo continúe con uno salvaje y lleno de deseo mientras acariciaba su espalda casi con necesidad y besaba su cuello dándole suaves mordiscos como si en ello se fuera mi vida, luego mordí un poco su labio y pase mi lengua por su labio inferior.
Me detuve en seco, al ver desde esa posición el escote de aquel vestido tan sugestivo y que dejaba poco a la imaginación.
-Kat, Kat tu escote me está tentando mucho hoy-comente divertido mientras con un dedo jalaba un poco la tela de su escote.
Me mordí el labio inferior intentando que la tentación no me ganara, pero debo decir que no tengo fuerza de voluntad y mucho menos si de un escote se trata. Mordí un poco el borde de la tela del escote, jalando la tela hacia donde yo estaba, luego la solté.
Y de un momento a otro me erguí un poco más aun con ella encima, casi ferozmente. Intentando encontrar a ciegas, el cierre de aquel vestido que me tapaba el panorama. Buscando sus labios casi con necesidad, un beso travieso, agresivo y lujurioso a más no poder.